He leído este artículo muy interesante. FUENTE EXPANSIÓN
La posibilidad de que los estúpidos puedan llegar a ser eficaces en
un entorno laboral no es una quimera. La existencia de mediocres e
incompetentes con pátina de eficacia es una realidad en muchas
organizaciones. Y hay teorías para todos los gustos sobre ello. La
revista Fortune se hacía eco recientemente de una investigación sobre la
"estupidez funcional" dirigida por Mats Alvesson, profesor de estudios
de la organización en la Lund University de Suecia.
Alvesson habla de "formas de gestión de la estupidez", y de la posibilidad de que incluso ésta pueda llegar a ser productiva.
Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, asegura que hay un tipo de
estúpidos que pueden ser mantenidos en cualquier organización si en el
fondo no se desea que cambie nada en ella: "Su presencia te asegura que
nada va a variar. Un profesional con talento puede ser molesto. Genera
cambios, pide más, propone ideas... Cuando alguien no es precisamente
brillante, lo cierto es que no molesta. No tiene iniciativa, ni buenas
ideas. Estos profesionales son buenos mantenedores y en este sentido
pueden jugar un papel útil en una organización".
Ignacio García de Leániz, profesor de recursos humanos de la
Universidad de Alcalá de Henares, cree que la mediocridad llama a la
mediocridad, de tal manera que en gran medida "esta crisis que padecemos
es una crisis de la excelencia en la gestión pública y privada, y una
apoteosis de lo mediocre, tanto en la empresa como en la política.
Estamos asistiendo así al triunfo de la incompetencia, que es siempre el
fracaso de toda empresa o sociedad".
Urticaria al cambio
García de Leániz considera
que "sería muy interesante estimar el coste de oportunidad que tiene en
numerosas empresas españolas esta potenciación y promoción de la
mediocridad, que se define por una actitud meramente reactiva y por el
sabotaje de cualquier plan de cambio o transformación; un complejo de
inferioridad enmascarado por comportamientos a menudo agresivos; la
profunda indiferencia, cuando no desprecio, a las mejores prácticas de
su entorno y una salida al exterior globalizado; y la demolición de los
valores fundamentales que hicieron aquella empresa o institución pública
digna de estima".
Para Julio Moreno, socio de Korn Ferry, hacer carrera desde la
estupidez, es posible. Moreno se refiere a casos como el Mr. Chance
interpretado por Peter Sellers: "Son posibles en política, pero mucho
más infrecuentes en la empresa actual. Algunas profesiones liberales si
son nichos para estos perfiles, incluso los atraen. Algunos de ellos
prosperan, y hasta llegan a forjar empresas de lo que antes era un
negocio, pero generalmente sufren 'crisis de crecimiento' cuando la
empresa alcanza una masa crítica, y terminan desapareciendo, o con
suerte, vendiendo el negocio. Pero es bastante frecuente ver en las
organizaciones, a pesar de ser grandes y profesionalizadas, ese tipo de
estúpidos".
Moreno recuerda la teoría que Carlo María Cipolla defiende en su obra
Alegro ma non troppo Tratado de la estupidez humana acerca de que ésta
es todo lo contrario de la inteligencia, y que la inteligencia es tomar
decisiones que son buenas para nosotros y también para los demás. Es
decir, que suman al conjunto.
Pelotas
Ovidio Peñalver señala que todo esto
tiene que ver asimismo con confundir la fidelidad con la competencia:
"Promocionas a aquel del que te fías, aunque no sea el más capaz. Muchos
jefes se rodean de mediocres porque esa es su única forma de brillar.
Así, los pelotas –que son otra clase de estúpidos laborales– promocionan
si dan con un mando que los necesita. El que es gris, tiene así un
recorrido en esa organización con ese jefe". En este sentido Ignacio
García de Leániz recuerda que hay en el profesional mediocre un
mecanismo de resentimiento contra los colegas o colaboradores que tengan
mayor talento y competencias profesionales, que les lleva a rodearse en
la formación de sus equipos y en las promociones de perfiles grises que
no destaquen por encima de él; y a impedir la promoción del talento y
la competencia.
Y Jorge Cagigas, socio de Epicteles, cree que la estupidez no es
verdaderamente rentable: "El estúpiodo puede ser más bien una estrella
fugaz. Hay organizaciones que cuentan con tontos útiles. Eligen a
alguien débil a quien más tarde destrozarán. Debe ser alguien que no dé
problemas; con pocas capacidades y que no cuestione a quien manda. Un
pelota es un magnífico tonto útil, pero hay muy pocas posibilidades de
que un pelota pueda dirigir algo. Cuando dejan de ser necesarios son
aniquilados por el sistema".
Estas elocuentes palabras me invitan a hablar de:
- Pera Navarro: Dice que al ir a la reunión sobre la independencia de Cataluña, no sabía que iban a hablar de la independencia de Cataluña. Claro, entre tanta comisión se pierden!! Asíque entre peras, Mas-zanas, etc. tienen el juego.
- Fátima Báñez: Dice que la reforma laboral no fue hecha, para crear empleo y tiene toda su lógica, porque cómo va a crear empleo alguien que no sabe lo que es trabajar? Si es que nunca ha trabajado!!!
- Montoro: Ufff vale más no nombrarlo, que igual por decir su nombre, nos coloca otro impuesto, así como quien no quiere la cosa...
- Cayo Lara: Dice que puede crear 3 millones de empleos, con el dinero de la arca pública, donde ya no está ni Noé que también ha emigrado... Igual está en Cuba con Willy Toledo...
- Preocupa más en España las declaraciones de las chorradas del fútbol, Mou y cía. que el paro, la corrupción, los recortes injustos, los ineptos que gestionan dinero público etc.
Yo entiendo que den muchas alegrías a muchos varones de este país, pero no son otro pozo sin fondo de deudas que estamos pagando todos indirectamente? Con ésto, no quiero suprimir el fútbol, sólo faltaba, pero vamos sí, que se controlen con el gasto de dinero que no es suyo...
- Huelga en educación: Ya era lo que nos faltaba, que privaticen la educación, ya donde no abunda demasiada, visto lo visto, encima como la privaticen menudo futuro le espera a este país!!! Si es que parece que nuestros dirigentes están deseando quedarse solos para repartirse el pastel (que no sé qué pastel será) de un país vacío de cabezas pensantes.
No sé, yo creo que precisamente EDUCACIÓN Y SANIDAD no se deberían privatizar, gestionar mejor, totalmente de acuerdo, pero no privatizada, porque eso sólo contribuirá a tener un futuro peor tanto a corto como a largo plazo.
En sus manos está decidir qué panorama nos quieren dejar.
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